Desde los orígenes de la Congregación
La fundación de la Ilustre y Venerable Congregación de Jesús Nazareno tuvo lugar el 11 de noviembre de 1688, fecha en que fueron aprobadas sus Ordenanzas por una serie de fieles reunidos en el Real Convento de San Francisco.
Sin embargo no se puede hablar con propiedad de su fundación hasta el 1 de mayo de 1689, que es cuando la autoridad eclesiástica las aprueba oficialmente.
Apenas dos años después, el 1 de agosto de 1691, el Papa Inocencio XII concedió Bula de Indulgencia perpetua para los congregantes que participasen en la debida forma en diversos cultos.
El origen inmediato de nuestra Congregación tiene su raíz en la Ilustre Cofradía de la Santa Cruz del Redentor (la actual Cofradía de la Vera Cruz), la más antigua de la ciudad, que tenía privilegio real de Felipe II para que ninguna otra cofradía pudiera sacar procesión de disciplina a la calle. El Miércoles Santo organizaba un desfile penitencial al que los fieles acudían sólo con cruces, sin acompañar a ninguna imagen y el Jueves Santo desfilaban Pasos con figuras, entre ellas la imagen de Jesús Nazareno, alumbradas con hachones. Por aquel entonces dicha Cofradía era ya antigua y evidenciaba un cierto relajamiento de su espíritu penitencial.
En 1685, unos cuantos de entre sus devotos, movidos por un sentido de mayor austeridad y seguramente con la intención de distinguirse del resto, solicitaron que se les autorizase para salir alumbrando la noche del Jueves Santo el paso de Jesús con la cruz a cuestas, así como a portar unas cruces diferentes a las que llevaban el resto de los cofrades de la Vera Cruz y vestir túnicas, coronas y sogas uniformes. Este es el germen de la Hermandad que su espíritu exigía.
Coexistieron las dos Congregaciones, la Santa Cruz y la del Nazareno, en el Convento de San Francisco el Real durante unos años, sin embargo, a raíz de la decisión de esta última de tener un Paso propio, se producen las desavenencias que finalmente dieron lugar a la definitiva separación.
En el año 1709 consta en el Libro de Acuerdos la conveniencia de realizar un paso de ocho figuras representando el encuentro de Jesús con las Hijas de Jerusalén, costeado con las limosnas de los hermanos. Y en el año 1715 la Congregación contesta a la Vera Cruz que pide que no salga paso alguno que no sea de los suyos en ninguna procesión.
El 16 de marzo de 1716 ya estaba ejecutado por el taller del escultor José de Larra, tanto la imagen actual de Jesús Nazareno, como las restantes de sayones, Cireneo y otras mujeres que posteriormente fueron sustituídas por otras figuras.
El 9 de abril de 1716, a las dos de la tarde, sale en procesión el Paso de Jesús Nazareno y las Hijas de Jerusalén a hombros de 26 hermanos. Al término de la procesión la Congregación vuelve a la Iglesia de San Francisco, pero ante la actitud hostil de la Santa Cruz, que intenta quedarse en
El 4 de octubre de ese mismo año 1716, en solemne procesión, la imagen del Nazareno se trasladó al Colegio de San Carlos de Clérigos Menores (hoy desaparecido), ubicado en las cercanías de la Plaza de Colón y próximo a la actual Iglesia de San Pablo. Curiosamente allí se encontraba la Parroquia de San Adrián, donde se ubicaba el gremio de escultores y pintores, que tenía por patrono a Jesús Nazareno, motivo por el que muchos de sus miembros fueron hermanos de la Congregación.
Por su parte algunos congregantes decidieron permanecer en el Convento de San Francisco, dando lugar así a dos Hermandades coetáneas: la Ilustre y Venerable Congregación de Jesús Nazareno, con sede en el Colegio de San Carlos y la Antigua y Verdadera Congregación de Jesús Nazareno, con sede
Se suceden los pleitos en diferentes instancias para restituir los bienes a su lugar de origen y los Tribunales eclesiásticos dictan sentencias que anulan las recepciones de congregantes hechas por ambas Congregaciones y otros diversos acuerdos tomados. Incluso se reintegraron las nuevas imágenes a la Iglesia de San Francisco el 24 de Septiembre de 1719.
Por fin, el 27 de agosto de 1723, se informa a la Congregación de la Sentencia que reconoce la libre facultad de la Ilustre y Venerable Congregación de Jesús Nazareno de “trasladarse y existir donde le pareciese más cómodo”, así como la reintegración de todos los bienes que tuviese en su poder la comunidad de San Francisco. De este modo, el 9 de Octubre de 1723 la Congregación retorna al Colegio de San Carlos con todas sus imágenes y bienes.
Los roces entre nazarenos y Vera Cruz no terminan, ya que la Semana Santa del año siguiente, 1724, los recién escindidos nazarenos deciden no asistir a las procesiones tradicionales del Miércoles y Jueves Santo organizadas por la Santa Cruz. Fue tal el escándalo entre el pueblo, que el Obispo y los caballeros comisionados por la ciudad tuvieron que mediar para solucionar el conflicto. El 6 de Octubre de 1724 se firmó un convenio entre ambas en los siguientes términos: los nazarenos volverían a concurrir con cruces a la procesión del Miércoles Santo y la Vera Cruz permitiría el desfile del nuevo Paso en la procesión del Jueves Santo.
A partir de entonces las dos Comunidades conciertan otros muchos acuerdos en los que se insertan frases tales como “En señal de hermandad, buena amistad e igual correspondencia…” o “en señal de nuestra amistad, unión u hermandad que ha de practicarse se han de prestar alhajas que una y otra tuviesen para las funciones…”
Así pues, el origen de nuestra Congregación es, como tantas veces, una vuelta a los orígenes, al sentido penitencial de los desfiles procesionales. Y, como tantas veces sucede, se gestó tras una ruptura con la Cofradía-madre, que no entendía la independencia del hijo nacido de sus entrañas.
El 8 de Mayo de 1796 se recopilan Ordenanzas, Estatutos y Acuerdos antiguos, haciendo un resumen que es aprobado por la Junta.
Desde el año 1806, a instancias del Obispo Tavira, las procesiones del Miércoles y del Jueves Santo se unificaron en una sola que salía el Viernes Santo.
La Congregación residió en el Colegio de Clérigos Menores de San Carlos hasta 1809. El asedio, y después la invasión de Salamanca por las tropas napoleónicas, castigaron enormemente esa zona de la ciudad, de modo que, ante el peligro de destrucción del Colegio, se trasladaron las imágenes a la Iglesia del Convento de las Agustinas Recoletas (Purísima) el 4 de Septiembre de 1809. Finalmente fue arrasado el Colegio y la cercana Iglesia de San Adrián.
El 3 de Septiembre de 1810, reinando José Bonaparte, fueron extinguidas todas las Congregaciones, así como los conventos de religiosos y colegios, por orden gubernativa, siendo restablecidas en 1812.
El 15 de enero de 1811, la imagen de Jesús Nazareno aparece cobijada en la Iglesia de San Julián y Santa Basilisa, trasladada seguramente por la Congregación al estar ocupada la Purísima por las tropas francesas.
Desde el 15 de agosto de 1814, la sede canónica de la Congregación es la mencionada Iglesia de San Julián, ya que en esa fecha se firmó un Convenio entre la Cofradía y la autoridad eclesiástica para establecer la normativa que había de regir su convivencia. La identificación entre la Iglesia y la Congregación es tal, que los nazarenos son conocidos como “los de San Julián” y la imagen titular se venera desde entonces en el citado templo.
A partir de entonces existe una total ausencia de datos de la historia de la Cofradía hasta el siglo pasado, ya que sus archivos (los libros de Actas, acuerdos, etc.) todavía no han podido ser estudiados pese a las gestiones realizadas para su completa recuperación.
Contamos con los Estatutos aprobados el 11 de mayo de 1865 y la Bula de Indulgencias concedidas por el Papa León XXIII el 7 de marzo de 1893, pero poco más.
El 22 de enero de 1900 el obispo aprueba nuevos Estatutos, que fueron objeto de posteriores modificaciones, aclaraciones y rectificaciones en los años 1902, 1903, 1921, 1926 y 1927.
El segundo Paso de la Congregación es el del Santo Entierro, que salió por primera vez el 23 de abril de 1943, a hombros de treinta hermanos. Las figuras fueron realizadas por el escultor Francisco González Macías y, a él debemos la transformación del título de la Congregación, que pasó a llamarse Ilustre y Venerable Congregación de Jesús Nazareno y del Santo Entierro.
Consta en el Libro de Actas de la Congregación que en la Semana Santa de 1953 el Santo Entierro sale a la calle con ruedas.
En Abril de 1957 se estrenan las nuevas andas del Paso del Nazareno. Se arregla y reforma interiormente la estructura que se realizó en los años veinte y exteriormente se adapta una moldura de pan de oro que recorre el tablero a lo largo y ancho. Tiene adornos barrocos en las esquinas, cuatro escudos con la cruz nazarena en cada lado, respiraderos con barrotes dorados y faldones con paneles bordados representando los atributos de la Pasión. El diseño corresponde al artista Genaro de Nó Soler y la ejecución al ebanista Eugenio Rodríguez Sánchez, ambos hermanos congregantes.
En Julio de 1961 se acuerda que la Cofradía deje de pagar íntegramente la túnica de los hermanos de paso, pasando a hacerlo sólo en su mitad.
En Marzo de 1967 se propone hacer unas cruces de plata que representen a los hermanos fallecidos, y que se prenderán de las andas del paso de Jesús Nazareno.
En Marzo de 1972 se suspende la salida del Paso del Santo Entierro por la falta de hermanos. Un año antes, la Junta envía una carta conmovedora a los hermanos rogando su asistencia y participación en los actos, ya que la Congregación pasa por sus momentos más difíciles.
A partir de esas fechas y gracias a varios factores, entre ellos destacadamente a la labor del párroco de San Julián, D. Isidro, que vincula la Congregación con las catequesis de jóvenes, y a la apertura de la Cofradía a la nueva realidad del papel de las mujeres, se remontan los malos tiempos y surgen nuevos tiempos en la Cofradía.
En Febrero de 1983 la Junta aprueba dejar salir a las mujeres como hermanas de cruz.
En Enero de 1986 se acuerda volver a sacar el Paso del Santo Entierro, pero no se hace efectivo hasta Marzo de 1989, ya que las andas se tienen que realizar íntegramente de nuevo. La salida se realiza con carga mixta, es decir, compartiendo carga hombres y mujeres, y así se sigue haciendo hasta la actualidad.
En Febrero de 2001 se nombra a una mujer, la hermana Reneé Sepúlveda Aramburu, como miembro de la Junta de Gobierno, siendo su cargo el de Hermana de culto.
El 14 de Septiembre de 2009, día de la Exaltación de la Cruz, son aprobados los nuevos Estatutos de la Congregación, definiéndola como asociación pública de fieles.